Cuatro casos sorprendentes e inesperados de negocios ilegales
"Clandestinos", en Equipo de Investigación
Equipo de Investigación hace un recorrido por cuatro de los casos más inesperados y sorprendentes de los negocios ilegales liderados por personas aparentemente inofensivas en España. Una fábrica de productos caninos falsificados, redes de producción y distribución de anabolizantes y licores o un laboratorio de cocaína son los casos que analiza en este programa de Equipo de Investigación.
Los negocios ilegales no siempre están liderados por personas de malas costumbres y vida criminal. En ocasiones se escapa a nuestros ojos que las personas más corrientes pueden ser los cabecillas de los entramados más complejos e ilícitos dentro y fuera de España. Ese es el tema de este nuevo programa de Equipo de Investigación, "Clandestinos".
Gloria Sierra analiza el caso del considerado como el "Breaking Bad del champú", en el que un padre de familia aparentemente normal se enfrenta a una pena de seis años de cárcel por la falsificación, producción y distribución de productos de cuidado canino. El acusado es entrevistado por el programa dos semanas después de salir de prisión preventiva. "El Profesor", como todos le conocen, mantiene sus negocios después de salir de la cárcel ¿Qué explciación dará para justificarse?
Nos trasladamos al barrio madrileño de Moratalaz en el que se sitúa un garaje que desprende un fuerte hedor a alcohol. Tras la alarma de los vecinos, la policía desmantela un garaje ilegal en el que se produce, en las peores condiciones, miles de litros de licor de orujo, frambuesa, café o limón. El artífice de este ataque contra la sanidad es un pensionista madrileño del que nunca se diría que pudiera encabezar un negocio como este.
En tercer lugar, nos encontramos con un murciano amable y tranquilo, un buen padre de familia muy trabajador que dirige, en la clandestinidad, una compleja red de producción y distribución de anabolizantes, dando servicio a más de 20 gimnasios con más de 100 sustancias diferentes.
Por último, llegamos al caso más sorprendente de todos. Se trata de una familia de guardenses que aparentemente colabora con una organización de narcotraficantes. Son descubiertos en Valencia cuando la Guardia Civil desmantela su taller: una masía con capacidad para fabricar 300 kg de cocaína al mes.