Alberto Chicote viaja a A Coruña, en Galicia, para comprobar si Mario recibe el menú adecuado en el centro en el que estudia. Su madre, Yolanda, realiza la compra para que su hijo pueda completar su alimentación en casa.
Si no ha comido en el colegio lo suficiente, ella lo nota aunque no pueda decírselo, porque llega a casa con mucha hambre. A la hora de almorzar, comparten comedor con mayores de 21 años, también con necesidades especiales.
El menú, que se repite a lo largo del año, contiene recetas y platos que difícilmente pueden ser triturados y Mario no puede masticar apenas, con lo que algunos días no podría comer cómodamente.