Tras descubrir que su marido es el Gato y que le ha engañado desde que se conocieron, Lola decide volver a España y poner fin a su matrimonio, pero Juan le pide que se quede un tiempo por Román. Lola accede a cambio que devuelva lo robado, lo que acaba provocando que Nolden, el detective de la aseguradora descubre su implicación. Ambos deciden trabajar juntos para atrapar al suplantador.
Román sale de la cárcel y mejora al volver a su entorno habitual. Finalmente, decide confesarle a Luisa sus sentimientos y le pide que se case con él antes de que la olvide. Luisa, que no siente lo mismo, le rechaza.
Gabriel es apartado del caso de El Gato y su trabajo es cuestionado por los medios, pero ata cabos y deduce que Juan Robles es El Gato.